La madre de los condenados

Desde lo profundo del abismo insondable
el mar de hierro incandescente elevo su clamor.
Las negras aguas alzaron un suspiro enfermizo
de vapores sulfurados cubriendo el cielo plomizo.
No hubo trompetas entonces,
ni de querubies llenose el horizonte.
Los sellos prohibidos abiertos de una sola vez,
Pandora aun mira absorta su caja vacía.
De las tinieblas de la tierra renació la madre del mal
La locura propagándose como una condenada epidemia
la sangre fluyendo por debajo de los resquicios de las puertas.
La lluvia llego sin alivio para las almas despiertas.
las cenizas siguieron nevando aun cuando
el gris se apodero de toda superficie.
Una luna anaranjada y cornuda burlose de los condenados.
Volvió entonces Caín a transitar el sendero de los mal hadados.
Lilith hambrienta desde los tiempos primigenios devoro la humanidad
Los corderos asustados se descarriaron del buen pastor
humo negro ascendió desde los campos en flor
El silencio de los niños fue la nota final.