Al empezar a vivir aprendemos a hablar, de cierta forma podriamos decir que aprendemos a poner etiquetas a las cosas que nos rodean. Esas etiquetas primarias son sus nombres. Poco a poco vamos volviendo más complejo nuestro sistema de etiquetas y a los nombres les sumamos adjetivos que las describen, caracteristicas que las definen, etc. Nuestro lenguaje, y con nuestro me refiero al de toda la humanidad aun cuando existan lenguajes tan diversos para distintas partes del globo ninguno escapa a esto, es un etiquetador. En nuestra mente el lenguaje funciona asi, una imagen de un objeto asociada con una etiqueta sonora, que luego tambien asociamos a otra etiqueta u otra imagen que es la de la palabra escrita.
Es por eso que cuando grandes pasamos la vida etiquetando cosas, todo lo que vivimos debemos etiquetar para que pueda incorporarse a nuestro lenguaje y a nuestra mente. Pero claro esta, muchas veces presenciamos cosas que son unicas, que nunca hemos vivido y que nadie mas puede vivir por nosotros dado que cada ser es unico y la vision de la realidad es unica. Entonces comenzamos a tener problemas con nuestras etiquetas, como resolvemos esto, pues tomando otras etiquetas que se les parecen, nos limitamos a hacer entrar a tal o cual cosa dentro de un frasco con tal etiqueta. Asi el mundo tiene mucho más sentido para nosotros pues podemos describirlo y podemos hablar de lo que nos pasa, pero al mismo tiempo deja de tener sentido porque nunca encontramos la etiqueta que se ajuste a cada cosa.
Ni hablar de nuestras propias etiquetas, las que nos ponen, las que nosotros queremos vestir.
Suelo decir que el lenguaje es demasiado rígido, demasiado obsoleto para la comunicación de los seres y tiene que ver con esto, a quien no le paso que no ha sabido donde encajar algo. Hemos tenido un sentimiento y no sabíamos si ponerlo en la bolsa de los amores o de las amistades, hemos conocido a alguien y no supimos si nombrarlo desconocido u conocido, hemos visto cosas que para nadie más tienen sentido y las hemos convertido en simples lugares comunes de otras tantas cosas por el solo hecho de ponerle una maldita etiqueta maloliente y anticuada.
Dicen que tengo el defecto de siempre ser demasiado extenso en mis explicaciones, aveces redundante otras demasiado incoherente, el asunto es que yo cuando hablo quiero dejar en claro, porque muchas veces al usar ciertas etiquetas damos una idea errónea a las demás personas. No puedo culpar al mundo por atenerse a usar las normas de etiqueta, pero tampoco deseo ser un incomprendido. Y muchas veces me confundo por la razón de las etiquetas y toma mucho tiempo comprender y poder desenredarse de toda esa maraña de rótulos que andan flotando en derredor y uno buscando esa palabra que tenemos en la punta de la lengua o del alma, pero que jamas nadie a dicho, que jamas se dirá, porque solo nosotros lo comprendemos.
A modo de peticion simplemente queria decir, que aprendamos a vivir y escucharnos, dejemos de querer transitar las sendas que otros han surcado, dejemos de intentar hablar con las palabras que otros han escogido, seamos lo que somos y dejemos ser, siempre concientes de que nuestra historia es unica, y nuestra vision del mundo tambien lo es, quizas cuando cada uno logre hablar su propio idioma y contarnos su propio mundo, entonces ahi lleguemos realmente a poder comprendernos.