20160930

Naufrago

Mis dedos frágiles anclaron en la oscuridad de tu corona,

por la seda de tus mejillas se deslizaron mis labios.

Y tu mirada incendio mis pupilas,

rebalsaron las palpitaciones galopando mares afiebrados.

La noche se hizo manto que oculta

secretos cuchicheados entres suspiros y espasmos.

Olí el néctar de la flor de tus labios,

no pude evitar caer en la trampa de tus alas de mariposa.



Y tu rostro se hizo luna que ilumina

mis pasos torpes entre la geografía de tus brazos.

En el vientre naufrague un oasis, de éxtasis, sudor y delirio.

El tiempo se convierte en una hoz que sesga

la vida de las pasiones de una noche.

La luz devuelve la tranquilidad a nuestros corazones

pero en nuestras cabezas seguirán fantasmagóricos espectros

danzando por los siglos, la fiebre de nuestros cuerpos.