Ya no creo en Jehova, ni en Jesús. No creo en Rama Hare krishna, ni en Brahma, ni buda, tampoco en Mahoma.
No creo en Papa Noel, los reyes magos, ni la estrella de Belen, moises y sus plagas.
No creo en la cuaresma, la pasión de cristo, las edades de matusalen.
Ni en la atlantida, Isis, Seth y Horus, ni en tutankamon y los tesoros del Nilo.
No creo en la antigua Grecia, el minotoauro y su panteón de dioses paganos.
Ni en Wotan, ni el viaje de erick el rojo y las sagas y las Eddas.
No creo en el big bang, ni en agujeros negros, ni en eslabones perdidos.
No creo en Quarks, ni en fuerzas más allá de mi comprensión.
No creo en Asimov, ni en Julio Verne.
No creo en el terror de Lovecraft, ni en la fantasía de Tolkien.
No creo en el psicoanálisis, ni en la psicodelia de los 70´s.
No creo en la paz, ni en la bomba atómica.
No creo en el amor, ni en las miradas que duran mas de una hora.
No creo en el rubor de las mejillas, ni en la existencia de pelirrojas con pecas en en ellas.
No creo en hollywood y su basura barata de sueños de algodón de azúcar.
No creo en las estrellas de rock y las drogas, el sexo y su falta de comprension, ni el arte new age, tampoco en los irrealistas mucho menos en ilusionistas.
No creo en John lennon, ni en Joko, ni en Mccartney.
No creo en Nathaniel, el Niño de la estrella y Sebastian de Touche.
No creo en las lágrimas, ni en el dolor.
No creo en la muerte ni en la vida después de la vida.
No creo en viajes astrales, ni en zodiacos de animales.
No creo en estrellas fugaces, ni en las promesas de amor bajo la luna.
No creo en el olvido, ni el perdón, ni la tristeza.
No creo en la humanidad, ni en sus sociedades.
No creo en proceres, no creo en banderas, no creo en la patria, ni en los países y sus mapas.
No creo en las cadenas de mensajes, ni en el messenger, ni en los celulares, ni la globalizacion.
No creo en realidades virtuales, ni en la tribalizacion.
No creo en palabras ajenas que llenan pero no alimentan.
No creo en sonidos que no dicen nada, no creo en El mentiroso-
No creo en La Leshca, no creo en la torre 13, ni en las promesas de niños desamparados.
No creo en la heterosexualidad, ni en el sexo con amor o sin él.
No creo en las baladas entre velas, ni el tango fatal.
No creo en la ficción.
No creo en la realidad.
No creo en lo que no se que es.
No creo lo que me fuerzan a creer.
No creo en lo que no sirve.
No creo en lo que no encuentro.
No creo en lo que me cansa, ni en lo que me frustra.
No creo en lo que vendrá y lo que nunca fue.
Solo creo en ustedes dos: Zoe y Nuriel