Ser padre para algunos es meta, para otros es responsabilidad, para no pocos es pesadilla. Lejos de los lugares comunes, de caer en el sentimentalismo barato, les propongo preguntarse que es ser padre. ¿Alcanza simplemente tener un hijo para ser padre?
Apelando a mis recuerdos, se que de pequeño para mi mis padres eran esa figuras omnipresentes y omnipotentes, uno de mis mayores temores era su castigo, uno de mis mayores anhelos su aprobación, su cariño. Ya de adolescente como es natural se produjo el quiebre, lejos de buscar su cariño y aprobación me volqué a saberme incomprendido y no aceptado, a marcar el quiebre entre mi manera de ver la vida y las de ellos. Y en lugar de temer a su poder, buscaba burlarlo, huir a sus amarres y reglas. Cuando me convertí en padre, fue como atravesar el espejo de Alicia, comprendí el porque de muchas cosas, pero sobre todo comprendí algo para mi primordial, todo padre no es más que uno mismo, seres imperfectos, llenos de miedos, de errores, de virtudes pero también defectos. Como padre me di cuenta la enorme responsabilidad de tener que ser educador, ser guía y ejemplo, pero mas me fui dando cuenta de como uno como padre pone reglas, limites y condiciones todo el tiempo, pero solo para proteger, educar y preparar a nuestros hijos. Sin embargo muchas veces esto es un arma de doble filo, y dado que no existe manual, ni forma correcta de ser padre, dado que cada hijo es un ser único e irrepetible, siempre cometeremos errores, siempre apretamoos de más o de menos, abrazaremos mucho o poco, diremos demasiado o nada, estaremos muy encima o demasiado lejos.
Por eso ahora aunque ya haya pasado el día del padre y falte bastante para el dia de la madre, les pido como padre que es hijo también, aprendan a perdonar a sus padres, comprendan que somos iguales ni mejores ni peores, solo humanos. Y de ser posible abracenlos y díganles (si así les nace) que los quieren, pues ellos necesitan tanto eso como nosotros lo necesitamos de pequeños.