20080310

Capitulo 6.- El sendero de la mariposa

El tiempo no tardo en hacer madurar la fruta, entonces la manzana cayo. El as de corazones se tiño de negro y se volvio pesado como el plomo, el castillo de naipes perdio su sosten y no tardo en derrumbarse todo. Carolina lloro e imploro, le amenazo y le grito cuanto lo odiaba por arruinar su vida. Entonces él no pudo soportar más la oscuridad en el mundo, la tristeza en el rostro de Elias. No pudo perdonarse el tiempo perdido persiguiendo sueños prefabricados y cuanto daño causaba intentar enderezar su camino.

Al principio disfruto la libertad, pero como el fuego de acuerdo a su intensidad puede volverse destructivo, de la misma formala liberacion confunde la mente de quien no comprende su propia esencia. Pues la libertad es en algunos casos algo demasiado preciado como para tomarse a la ligera, ser libre no significa carecer de toda atadura, sino que más bien tiene que ver con saber precisamente la magnitud de nuestros limites. Así en poco tiempo comenzo a sentirse un tronco arrastrado por la corriente sin posibilidad de remar hacia ninguna orilla para salvarse. Toda su vida le era ajena y el fresco viento de la renovacion no tardo en convertirse en fria escarcha de soledad. Sin darse cuenta se encontro nuevamente como al principio, aunque para su fortuna algo en él habia cambiado y esperaba latente en algun lugar.

El cambio de trabajo, más el de habitos que le conllevo la separacion le alejaron tambien de Melina.En esto mucho influia su propia decision, pues dentro suyo lo que mas temia era que ella sufriera la misma suerte de Carolina y se transformace en un naipe inutil, en ladrillo de falsas contrucciones. Pero le era inevitable sufrir su ausencia, anhelaba la paz que le trasmitian sus conversaciones y de poder contar cada cosa que le acosaba la mente, sin temor a la manera en que ella lo juzgaria. La separacion no habia aliviado su pesada mochila cansada, comprendio que intentado alfojar un nudo se embrollo en algo peor. El peso de la culpa, los remordimientos por el desmoronamiento de carolina, la lejania de su hijo a quien habia comenzado a amar como algo verdaderamente suyo, ajeno de sus engaños y de el vacio que su ex esposa le generaba. El miedo empézo a roer sus nervios, la desesperacion como un obscuro manto se cirnio sobre su mente. Tanto amor enjaulado, tanto temor a herir o ser herido, al fracaso continuo.

En una noche de las primeras en que las lagrimas caian a raudales, luego de miles de años de encierro. Cuando ya no creia tener mas fuerzas para levantar su vida una vez más. Algo dentro suyo le permitio ver un destello, una luz más alla de la caverna donde habitaba en el mundo de las sombras, mas los secuases del destino ya habian hecho su trabajo en demasia, ahora le tocaba a el terminarlo. Con el celular en la mano debatio con su pulgar amenazando llarmala. A ella, Melina, y decirle cuanto la necesitaba, contarle la forma en que ella lo habia conducido a mejorar su vida y de alguna manera en su compañia comenzaba a ver las cosas que realmente valian de la vida. Pero el brillo del exterior quizas fuera demasiado cegador para sus debiles ojos ensombrecidos por vivir en la penumbra de la inseguridad. Lanzo su telefono en un humedo rincon de su pequeño cuarto de pension y se marcho. Acallo su verguenza en alcohol y oculto su deseo entre piernas ajenas. Asi se vacio nuevamente de sentiemiento para enmascarar el dolor. Como su amada Guadalupe ocultaba el suyo bajo mascaras de paz, el lo hacia en una de piedra y mirada de demonio. Ironicamente era aquel hermoso rostro de su amada a lo que se aferraba como unico recuerdo bello y al mismo tiempo la espina que clavada en su mente le infectaba la razon atiborrandola de miedos.

Tres meses le tomo hundirse en lo más bajo de su ser, perderse de todo conviertiendose en un fantasma que repite dia a dia su rutina esperando el momento de la redencion divina. Sin embargo incluso la roca más fuerte se quiebra y en su pecho un anhelo, la sed de verdadera liberacion fue resquebrajando la mascara y como culminacion de un ritual fue una magica palabra la que completo su descenso a los infiernos.

- Guadalupe- escribio en la servilleta manchada con gotones oleosos de su cena, entonces sin darse cuenta levanto la mirada y un recuerdo olvidado acudio a su mente, el resplandor esmeralda llamandole desde más alla del tiempo. Su vista se nublo por las lagrimas. No habia creido en la magia hasta entonces, la calma que sus palabras le trasmitian, la seguridad de su tacto.

Aquella noche abandono el bar mucho antes de que su ser perdiera conciencia, su mente estaba despierta, exitada. Penso cada palabra que le diria, la adrenalina le acompañana en cada paso, durante el resto de la noche fue abordado por todas las representaciones posibles de lo que haria. Cuando el sol despunto le encontro exausto y sin fuerzas para tamaña tarea, prefirio dormir y perpetuar la espera.

La fue a buscar a la salida del trabajo pensando invitarla a tomar algo como habian hecho tantas veces antes de que la tormenta lo engullera en un torbellino de inseguridades.

De todo lo que habia imaginado podria ocurrir, la realiad se habia mostrado absolutamente mucho peor. Pues desde el cantero de flores de enfrente la vio salir y su corazon se acelero. Vestia sobriamente de negro, el viento jugaba con su pelo y desde atras de sus gafas farol de sus sueños brillaba aun más que el sol. Ella no lo vio, dado que no lo esperaba, sin embargo si vio a ese otro joven que la camino hacia ella, que la recibio en sus brazos y beso los labios que él anhelaba para si. Los vio marcharse sin tomarse de la mano por la calle perpendicular a él. Lo asfixio la sensacion de que el mundo habia acabado para él en ese momento.

Lo acontecido a pesar de ser como un trueno que lacera la paz de la noche, le imprimio unas ansias de remendar su vida, buscar ser alguien tan solo por él mismo, de enseñar a su pequeño Elias todo lo que habia aprendido, sobre todo lo que sus sentimientos y la relacion con Melina le habian hecho descubrir. No fue sin esfuerzos que logro recontruir ya no un castillo de naipes, sino algo que le gustaba llamar vida.

El tiempo paso lentamente y las cosas poco a poco retomaron su cauce, sin embargo el recuerdo de ella constituia un vacio en su vida. La incertidumbre carcomia sus fueros internos, como una gota corrosiva cayendo intermitentemente sobre sus pensamientos. En ocasiones invocaba su cuerpo y el deseo iluminaba sus ojos febriles, aquella noche de tormenta habia llegado a degustar ese manjar vedado y a la distancia del tiempoy el anhelo se le antojaba el unico digno de ser saboreado.

No importa si por coraje, osadia, estupidez o desesperacion pero una tarde que lo marcaria eternamente resolvio poner fin a la tortura de preguntarse que hubiera ocurrido de haberla llamado cada vez que sintio la necesidad de tenerla a su lado en todo este tiempo. Todos sus miedos se apelotonaron en su garganta y mientras pensaba las palabras mas correctas para reaparecer luego de tan larga ausencia y decirle todo lo que su corazon le dictaba febrilmente, el tono de llamado taladraba sus nervios. Espero segundos eternos la dulce voz de melina expresando su sorpresa, pero no llego y desinflado como un globo viejo desistio. La imagino con aquel muchacho, felices, despreocupada, y se pregunto con que derecho el se atreveria a arruinar la felicidad de aquella persona que él tanto amaba. Que ganaria liberando sus sentimientos más que hacer una catarsis vana y quizas arruinar el recuerdo de algo que habia sido bello. La inseguridad lo sitio, amordazandolo y atandole las manos. Mas entonces la luz consiguio llegar a cada rincon de su alma y los miedos corrieron a ocultarse en lugares inexistentes de la psiquis. Se dijo a si mismo que tanto asi como su amor habia crecido aun en ausencia del objeto del mismo, no importaba lo que aconteciera este igual seguiria, pero que aun asi su relacion con Melina le hacia bien de todas formas, aun cuando su amor nunca fuera algo concreto, por tanto tomo la firme decision de llamarla y recuperar todo el tiempo perdido. No importaba si ella lo amaba tanto como él, lo importante era tener cerca a aquella persona que era tan importante y no dejar que nuevamente se fuera de su vida sin comprender jamas porque.




7 comentarios:

Horacio dijo...

PRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

JA!

Horacio dijo...

ya lo tenés escrito el final o vas a hacer que votemos los lectores?

Elias dijo...

no es mala idea...no es mala idea...XD

Mil veces debo dijo...

Ay, Elias muy bueno ... y... qué pasó?
Ansiosos Horacio y yo no?
Mil cariños

Jo dijo...

a veces la gente huye de los afectos sin rpoponerselo, y recuperar el tiempo es dificil...

perdona mi irrupcion al blog quiza he necesitado distraerme un poco...

Anónimo dijo...

Estimado señor Elias:

Yo ya habia opinado en vivo y en directo sobre este texto. No pienso repetor mi discurso para hacerme la inteligente. Usted lo escucho... no suelo repetir las cosas.

Saludos cordiales,

PD: Una vez completo me dignare a leer la obra completa. Jamas me emocionaron las cosas inconclusas.

MGC dijo...

la pucha, en cierto aspecto me siento identificada, que barbaro... muy bueno deberia decir!