Hay caminos que no conducen a nada, ideas que no llevan a ninguna parte, vidas sin rumbo y tantos rumbos que no me alcanzan mis vidas. De todas formas siempre hay una historia detras de toda ventana y esta comienza asi.
Recorria las calles en una noche de pasos sin eco, fria y desalmada como la mar que azota la mente invandiendola de recuerdos. No tenia a donde ir, hacia mucho tiempo que su camino era un peregrinaje sin razon escoltado por el viento que zumbaba en sus oidos voces sin afecto.
Sin embargo como ese ultimo trago espeso que se amotina en el fondo de la botella de licor de chocolate, la esperanza vana y desnutrida se aferraba a lo que habia sido un esboso de corazon. Habia dejado ya la melancolia, las lagrimas, el odio y la desesperacion como mudas de piel dejan las aspides a lo largo del camino. No lo sabia, siquiera se lo preguntaba, pero no tenia nada que perder más que esa fragil llama que por momentos le daba ese brillo en la mirada ora insano ora lleno de determinacion.
El alcohol era un pasatiempo arraigado en su vida apesar de que ya no lograba consederle el don del olvido. Ya no perdia el tiempo ni el dinero intentando como Dr. Jekill despertar su Mr. Hide. Solo bebia porque le era familiar, era su ritual, la taumaturgia que invocaba efimeros seres que lo acompañaban sin robarle su soledad.
La tristeza es una emocion frecuente y aunque se jactaba de no haber conocido ninguna su estado se le asemejaba bastante.Era un cuadro garabateado sin ganas colgado torcido en la unica pared que el vendaval no habia logrado derribar.
Escribio en una servilleta, manchada por gotones oleosos de su cena, un nombre, con una lapicera cuya tinta simulaba ser su propia sangre. Lo releyo mil y una vez mentalmente para que, como cuando era chico, perdiera todo significado. Sin embargo, aquella noche en aquel bar, la magia obraria de un modo singular.
- Guadalupe...-Murmuro luego de un suspiro cansino. Lentamente abrio sus ojos y el hechizo de una mirada lo hizo ausentarse del mundo real. Por un instante que perdura aun en el tiempo, una luz esmeralda le nublo la razon, sintio quizá por vez primera la magnetica atraccion de las almas. Ella desdibujo su sonrisa despreocupada y su mueca fue de abandono, de entrega.
Sin embargo todo esto duro tan poco entonces que él solo lo recordaria cuando ya todo fuera demasiado tarde.
Aquella madrugada ya no pudo dormir bien, sus pasos sin rumbo comenzaron desesperados a buscar donde descansar de tanto viaje y la vacilante flama de su esperanza se convirtio en una abrazadora hoguera que incineraba de a ratos su razón. Pero para quien durante tanto tiempo ha sido sordo al idioma de su cuerpo dificil es comprender las señales que el universo envia en forma de sueños intranquilos. Y así, luego de un buen tiempo, en una noche sofocadoramente calida y enloquecido por su ceguera, su verborragia cautivo por fin un eterno corazon adolecente y con el apaciguo su fuego y su alma incomprendida. Un nuevo nombre de mujer emulo el dulce elixir del olvido aunque Carolina nunca tuvo la impronta para reemplazar a Guadalupe en aquellos recovecos de su ser donde ya nunca quizo rebuscar, pero que sin embargo en oscuras noches frias y humedas caia. Mas supo por un buen tiempo ser un placebo para su adormecedor dolor.
El dejo de hacer caso a las señales del alma, se aferro a Carolina, depositando sus sueños, anhelos e ilusiones en una caja demasiado pequeña. Aprendio a emular todos los sentimientos que decia no conocer, aunque de todas forma tuvieron esa tonalidad gris de quien se engaña a si mismo.
Y asi su historia se volvio similar a la de otros tantos que deambulan por la vida sin nada de brillo en sus vidas, que se convierten en granos de arena en el desierto de las almas descuidadas. Busco llenar el vacio con inservibles objetos materiales, trazo proyectos convencido de que el futuro proveeria la felicidad.
Siguio aferrandose a las cosas mientras por dentro se sentia mas insustancial y el mundo le parecia cada día mas sin sentido, más efimero. Se caso con Carolina, como un escape a sus miedos y a su necesidad de atar todo lo que poseia como si asi fuera a darle más sentido a las cosas. Su vida paso rapida e imparable y no comprendio jamas que de sus bolsillos se le mermaba el tiempo. Confio en que un hijo le traeria esa felicidad que esperaba ver llegar entrando por la puerta de su mente, pero solo le sirvio para descubrir cuan fragil era el castillo de naipes que habia estado construyendo todo este tiempo.
Sin embargo el habia recibido la llamada auqnue nunca lo supo a tiempo y los secuaces del destino se le permitirian una oportunidad más cuando por vez primera creyo que todo estaba perdido.
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